Cómo Iniciarte en el Movimiento Zero Waste sin caer en la Eco-Ansiedad

eco ansiedad

¿Qué es la Eco-Ansiedad?

Se define como preocupación, depresión o ansiedad desencadenada por una conciencia de los problemas ambientales que enfrentamos.

Si bien, la preocupación por el futuro de nuestro Planeta es positivo (y muy necesario), dejar que ésta preocupación y miedo se apodere de nuestro estado de ánimo hasta el punto de generandonos ansiedad, no lo es en absoluto.

Últimamente los medios de comunicación están haciendo una gran labor en difundir, cada vez más, información y noticias sobre las principales problemas medioambientales, cómo son el cambio climático o la problemática del plástico, que nos esta tocando enfrentar cómo sociedad actualmente. Este bombardeo de información puede tener un impacto positivo, en cuanto a sensibilizar y concienciar a personas que en su mayoría, por desconocimiento, tienen hábitos medioambientalmente perjudiciales, pero también otras menos deseables cómo es la eco-ansiedad.

Al igual que cualquier otro proceso de transformación, recorrer el proceso hacía un estilo de vida más sostenible, es un proceso completamente personal, y cómo tal, es vivido de distintas formas, con diferentes grados de implicacion, y por lo tanto, de sentir, aunque seguramente podamos identificar algunos patrones comunes, así que voy a compartiros mi experiencia personal con la eco-ansiedad, esperando que a alguien pueda resultarle útil.

A pesar de haber sentido siempre una conexión especial con la naturaleza, la mayor parte de mi vida, he vivido completamente ajena al daño o consecuencias que tenian mis hábitos de vida sobre la salud de nuestro planeta. Tuvieron que llegar mis 30, para empezar a darme cuenta que mis acciones individuales y hábitos de consumo tenián un impacto, y que estaba en mi mano decidir si este impacto, esta huella que dejamos en el Planeta, iba a ser positivo o negativo.

Generalmente ésta fase inicial de despertar o activación de la conciencia medioambiental es vivida con cierta ilusión, o al menos ese fue mi caso, ya que nos damos cuenta de una problemática y nos energiza pensar que podemos ser parte de la solución.

Tras este primer eco-subidón, es probable que llegue una fase más reflexiba, en la que analizamos y cuestionamos cada uno de nuestros hábitos en busca de áreas de mejora, es el momento de materializar nuestras buenas intenciones. Buscamos información, sobre cómo reducir nuestra huella de cárbono, o sobre cómo sustituir o reemplazar productos superfluos, sobre todo aquellos hechos de ese plástico desechable, que ahora sabemos nos sobrevivirá a nosotros y a los hijos de nuestros hijos. 

 A medida que vamos introduciendo cambios sostenibles en nuestra rutina del día a día también empezamos a analizar a nuestro entorno, siendo casi inevitable intentar influir en los hábitos de las personas que tenemos más cerca, cómo son nuestra familia y nuestros amigos. ¡Oye que estamos destruyendo el Planeta, tenemos que cambiar nuestros hábitos! Si estás entre los afortunad@s, seguro que encuentrás algún aliado en tu particular Zero Waste Quest, dispuesto a acompañarte en este proceso, pero sin duda también algún que otro detractor, que te dirá sin titubear "Eso no sirve de nada". Y acostumbrate a ese comentario, por que desafortunadamente vas a encontrarte con muchas personas que por más que te empeñes no están por la labor, al menos no por ahora.

En este punto no es de extrañar que muchos empecemos a experimentar en forma de frustración los primeros síntomas de eco-ansiedad. Con el paso del tiempo, nos iremos encontrando con otras situaciones, que acentuarán este sentimiento de impotencia. Un simple recorrido por el pasillo de cualquier súpermercado, un paseo por el campo o la playa, repletos de basura; o alguna noticia sobre las catástrofes naturales que están ocurriendo debido al cambio climático, son sólo algunos ejemplos de situaciones cotidianas que podrían gatillar un episodio de eco-ansiedad.

Y si bien cuidar del Planeta es una tarea necesaria, cuidar de nuestro cuerpo y mente no lo son menos, así que a continuación te dejo algunas recomendaciones para intentar no caer en la eco-ansiedad.

Recomendaciones para evitar la Eco-Ansiedad:

  • Entender qué nosotros, a nivel individual, podemos ser parte de la solución pero no La Solución.  

  • Respetar los tiempos de las personas de nuestro entorno que aún no están dispuestas a incorporar cambios sostenibles en su día a día.

  • Respetar nuestros propios tiempos y posibilidades. Habrá cambios que estarás dispuesto a incorporar y otros que no.

  • No pretender introducir demásiados cambios de hábitos en nuestra rutina de una sola vez, sino hacerlo de forma progresiva y relajada.

  • Disfrutar del proceso. A mi entender, en su versión más relajada, el Zero Waste más que una meta por generar cero residuos, es un proceso de transformación personal. Y no se trata de quién llega primero, sino de asimilarlo y disfrutar de los pequeños pasos que vamos recorriendo.

 ¿Has sentido alguna vez eco-ansiedad? ¿Cuáles son tus recomendaciones para combatirlo? Te leemos en los comentarios ;)

 


2 comentarios


  • Bluesblu

    Hola Noelia! Muchas gracias por tus aportaciones! Definitivamente no estamos sólos!


  • Chapines Rojos

    En primer lugar gracias por tus palabras y consejos. Hace unos meses me sentía realmente mal y abrumada, sin dudad, ecoansiosa. Ahora lo llevo mejor, mis pequeños consejos son:
    1. Si no podemos comprar a granel, compremos los productos no perecederos en su formato más grande para reducir los envoltorios. Yo estoy comprando en supermercados cash dónde las presentaciones son enormes.
    2. Buscar en vuestro entorno gente con vuestras mismas inquietudes y crear una pequeña comunidad eco donde quedar para tomar un café y poder compartir experiencias, recetas, ideas…
    Porque no estamos solos, únicamente desperdigados.


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